Hace de febrero que no hablamos.
Y ya comienzo a dejarte ir...
Todas las palabras que dijiste se quedaron vacías, a media voz, huecas.
No sé si volveremos a hablar, no sé si aún pensas en mí...
A veces me pregunto qué pudo haber sido, con qué complicidad nos miraríamos, si nos reiríamos de las mismas cosas...
Yo al menos sé que cantaríamos las mismas canciones, y que nos dedicaríamos otras...
Y de nada sirve ahora pensar por las dudas, sacar conclusiones o imaginar momentos.
Porque no estás, y cuando estabas eras ciego. Y tampoco estabas... Nunca estabas.
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